La nueva Ministra de Educación
El rector de la UTP, Luis Enrique Arango Jiménez, en su columna semanal afirma que las universidades del Estado están dispuestas a colaborar para que se dé una transición oportuna y adecuada con la nueva Ministra de Educación.
La nueva Ministra de Educación
Ha sido nombrada una nueva Ministra de Educación pese a las solicitudes que desde diversos ángulos le fueron hechos al Sr. presidente para que hubiera continuidad; la razón principal de las peticiones, además del reconocimiento a una buena gestión, era la preocupación de que los programas y planes en marcha pudieran atrofiarse o sufrir del síndrome del cambio que lleva a los funcionarios a tratar de reinventar la rueda.
Las transformaciones en Educación son de lenta maduración, los resultados requieren tiempo, perseverancia y dedicación. Lo ideal sería tener autoridades que perduraran y pudieran llevar a término los programas, o al menos dejarlos consolidados.
Conciliar las necesidades de la política y la eficiencia en la gestión seguramente no es fácil y sus razones debe haber tenido el Sr. presidente Santos. Hay que asumir y contribuir de la mejor manera para que la nueva Ministra pueda retomar la senda trazada sin mayores contratiempos.
Hemos escuchado las declaraciones de la Dra. Parody, en ellas se confiesa como una apasionada del tema de la educación, lo cual es importante. Lo que ha dicho guarda coherencia con lo que se ha estado haciendo, lo que implica que conoce del tema. También es apasionada de la política, como muchos podemos serlo, una cosa no es mala en sí misma; depende de cómo se actúe.
El liderazgo que indudablemente tiene, debe ser empleado a fondo para continuar la tarea que dejó en muchos frentes delineada la Ministra saliente; sobre todo para no dejar caer el clima de confianza que logró construirse con el tiempo y que permitió un trabajo armonioso que reportó resultados. El sector educativo es de gran complejidad y es inestable.
Las universidades del Estado traíamos una dinámica de trabajo y acuerdos muy productivos que quisiéramos preservar y seguir desarrollando en las nuevas circunstancias, estamos dispuestas a colaborar para que se dé una transición oportuna y adecuada.
Hay que hacer mucho más de las 400.000 becas para estudiantes universitarios de bajos recursos; hay que adelantar transformaciones y ajustes que requieren recursos y decisiones. Hay carencias e inequidades en las universidades que deben ser atendidas cuanto antes y que tienen efecto en los asuntos de la calidad. Esta última no puede predicarse en abstracto.
En el país desde todos los frentes se está clamando por mejorar la educación, hay que aprovechar este acompañamiento, que facilita progresar en este afán. Es una causa de todos, como pregona la movilización social que está en marcha, impulsada por un grupo de jóvenes con el respaldo de empresarios y numerosas organizaciones y personas.
Es muy importante que el presidente Santos haya tomado la educación como uno de los tres pilares de su Gobierno al lado de la equidad y la paz. Debemos contribuir a que ello tenga sentido y valor en la práctica.
El próximo Plan de Desarrollo y el presupuesto nacional, que será llevado al Congreso en los próximos días, tendrán mucho que decir al respecto.
Luis Enrique Arango Jiménez
Rector
Universidad Tecnológica de Pereira